En la literatura motivacional actual, el fracaso suele considerarse como algo que debe celebrarse. Las decepciones son un trampolín esencial para el éxito; un punto de inflexión en nuestra historia de vida que finalmente terminará en triunfo. En lugar de caer en la desesperación, se nos anima a «fracasar».
Si tan solo fuera tan simple… En la última década, una gran cantidad de investigaciones psicológicas han demostrado que la mayoría de las personas tiene dificultad para manejar el fracaso de manera constructiva. En cambio, encontramos formas de devaluar la tarea en la que fallamos, lo que significa que podemos estar menos motivados para perseverar y alcanzar nuestra meta. Este fenómeno se conoce como el «efecto de la uva agria o amarga».
Alternativamente, podemos simplemente no darnos cuenta de nuestros errores y continuar alegremente como si nada hubiera pasado, algo que nos impide aprender una mejor estrategia para mejorar nuestro desempeño en el futuro.https://hoy.com.do/cual-es-la-forma-mas-inteligente-de-aprender-de-tus-errores/