por: Luis Alberto Fernandez.
En los últimos meses, la República Dominicana ha sido víctima de un problema que parece no tener solución: apagones diarios de hasta tres horas que afectan a millones de ciudadanos. La crisis eléctrica golpea con fuerza a los hogares y sectores productivos, mientras las autoridades justifican la situación con promesas de nuevas plantas de generación y planes a largo plazo que, hasta ahora, no han dado resultados tangibles.
¿Por qué seguimos a oscuras?
Las explicaciones oficiales apuntan a la salida de operación de plantas clave, como AES Andrés y Punta Catalina 1, debido a mantenimientos y reparaciones. Sin embargo, lo que el gobierno no dice con claridad es que la verdadera causa de estos apagones es la falta de planificación en el sector eléctrico. El ministro de Energía y Minas, Antonio Almonte, admitió que la administración anterior no realizó las licitaciones necesarias para nuevas generadoras, pero ¿qué ha hecho el actual gobierno en los últimos años para evitar esta crisis?
Mientras las plantas salen de operación, las redes eléctricas colapsan por la sobrecarga y más de 800,000 usuarios están conectados ilegalmente al sistema, según datos del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad (CUED). ¿Cómo es posible que el país no pueda controlar estas conexiones fraudulentas? ¿A quién beneficia realmente el caos eléctrico?
El negocio detrás de los apagones
Algunos analistas sugieren que los apagones no solo son el resultado de fallas técnicas, sino de una estrategia encubierta para justificar nuevos contratos y licitaciones millonarias en el sector energético. Mientras tanto, los ciudadanos pagan las consecuencias con servicios deficientes, electrodomésticos dañados y negocios que ven mermadas sus ganancias debido a la inestabilidad eléctrica.
Las licitaciones para construir nuevas plantas en Manzanillo y la instalación de 2,000 MW adicionales antes de 2026 suenan bien en papel, pero ¿qué garantía hay de que estas obras no terminarán en sobrecostos, corrupción o simplemente en promesas incumplidas? La historia reciente nos ha demostrado que las grandes inversiones en el sector eléctrico no siempre se traducen en mejoras para la población.
Los apagones y la paciencia de los dominicanos
A pesar de las excusas oficiales, la realidad es que la paciencia de los ciudadanos se agota. Las redes sociales se han inundado de denuncias sobre apagones prolongados, y en comunidades como Guayacanes, los cortes eléctricos llegan a extenderse hasta nueve horas diarias. ¿Cómo pueden las pequeñas y medianas empresas sobrevivir en estas condiciones?
El gobierno tiene la obligación de responder con hechos, no con discursos. La electricidad es un derecho fundamental, y la población merece explicaciones claras sobre por qué, en pleno 2025, seguimos viviendo con apagones dignos de décadas pasadas.
¿Hasta cuándo seguiremos a oscuras?