Por Luis Alberto Fernández
El 6 de abril de 2025, el presidente Luis Abinader emitió un discurso firme sobre la situación migratoria en la República Dominicana, centrado en la creciente crisis haitiana y sus efectos en el país. A continuación, presentamos un análisis detallado de sus planteamientos, contrastados con la realidad que vive el pueblo dominicano.
1. Reconocimiento de la Crisis Haitiana y la Inacción Internacional
El presidente destacó que Haití vive una situación similar a una guerra civil y denunció el abandono por parte de la comunidad internacional. Hizo un llamado a las Naciones Unidas, Estados Unidos, Canadá, Francia y la Unión Europea para intervenir con urgencia.
Análisis: Aunque este llamado es justo, carece de una estrategia diplomática efectiva. El gobierno dominicano necesita ser más firme en los foros internacionales. Mientras tanto, el caos haitiano desborda nuestras fronteras, y la carga humanitaria y de seguridad recae completamente sobre la República Dominicana.
2. Medidas Migratorias Internas
Entre las acciones destacadas están la deportación de 252,000 personas desde 2023, cierre de centros ilegales, suspensión de visas a haitianos y refuerzo del personal de Migración.
Análisis: Estas medidas, aunque aparentan firmeza, son insuficientes ante las siguientes realidades:
a) Mafia en la frontera
Existe una red de corrupción que involucra militares, civiles y políticos que facilitan el paso de indocumentados. Esta mafia hace que cualquier esfuerzo estatal se vea neutralizado.
b) Inoperancia institucional
El Consejo Nacional de Migración no se ha reunido en más de dos años y siete meses, lo cual demuestra una parálisis de las políticas migratorias estructurales.
c) Deportaciones cíclicas
Muchos de los deportados regresan días después por la misma ruta, evidenciando un control fronterizo ineficaz y sin seguimiento.
3. Verja Fronteriza y Uso de Tecnología
El gobierno anunció que la verja fronteriza cubrirá 160 km y contará con sensores, drones y 16 puestos militares de vigilancia.
Análisis: La tecnología es positiva, pero inútil si quienes deben operar el sistema están comprometidos con la mafia del tráfico humano. Sin depurar las fuerzas armadas y sin controles reales, esta verja será simplemente decorativa.
4. Separar al Pueblo Haitiano de las Bandas Criminales
El presidente aclaró que las medidas no son contra el pueblo haitiano, sino contra la ilegalidad.
Análisis: Este matiz es necesario, pero la presión migratoria afecta de forma directa a sectores vulnerables de la población dominicana. El aumento en el acceso a servicios públicos por parte de indocumentados ha generado tensiones comunitarias y un sentimiento de abandono entre muchos ciudadanos.
5. Presión Empresarial sobre el Gobierno
Un tema ausente en el discurso pero crucial es la presión que ejerce un sector del empresariado dominicano, incluyendo funcionarios gubernamentales, que se benefician de la mano de obra barata que representa la migración irregular.
Análisis: Esto crea un conflicto de intereses dentro del propio aparato del Estado, debilitando cualquier intento de control efectivo. Mientras se penaliza al migrante vulnerable, se protege al empleador que infringe la ley, perpetuando el ciclo.
6. Posibles Consecuencias Futuras
- Mayor xenofobia y conflictos sociales.
- Saturación de servicios públicos.
- Enclaves fuera del control estatal.
- Riesgo de desestabilización binacional.
El discurso presidencial refleja preocupación y voluntad, pero también evidencia la fragilidad estructural del Estado dominicano para enfrentar el desafío migratorio. No es solo cuestión de construir muros, sino de derribar redes de corrupción interna, de activar los organismos responsables, y de exigir con firmeza la actuación internacional. De lo contrario, la República Dominicana seguirá cargando sola con una crisis que no provocó.